05/10/2023
  • 05/10/2023

Nueva normalidad

By on 02/09/2020 0 846 Views

«Como decíamos ayer». Siempre me gustó esta frase atribuida a Fray Luis de León, aunque últimamente en estos tiempos que nos ha tocado vivir, hasta las autorías se ponen en duda y ésta, en particular, alguien que manda mucho, se la ha atribuido a San Juan de la Cruz.
Esto me recuerda que tengo pendiente una visita al juzgado para demandar a un medio que decidió cambiar la autoría de mis artículos el mismo día que me marché, cansada de no monetizar mi trabajo y de soportar a uno que también mandaba mucho, un director casposo, rancio y trasnochado, anclado en los 80 que troleando a los que le rodean ha conseguido vivir del cuento cincuenta y pico años.
Algunos menos años he tenido mi vocación de escribir guardada en un cajón. Abrirlo y volver a respirar ha sido el mejor medio para detectar dónde están mis límites, descubrir mis defectos y fomentar mis virtudes. Entonces llegué a una conclusión: para qué necesito un psicólogo si ya tengo un blog.
Aquí nace Comete Madriz. Bueno ya llega crecidito, pero le voy poner zapatos nuevos y que se adapte a la “nueva normalidad” cómo todos.
Esta reflexión me lleva a contaros algo que me ha pasado hace unos días, cuando siguiendo con la “nueva normalidad” decidí salir de Madrid con una amiga y plantar nuestros culos en una playa de Málaga. Nosotras presumimos de una gran cultura heladera, nos morimos por ese heladito nocturno, en mi caso de turrón, paseando por los miles de paseos marítimos que tiene a lo largo y ancho nuestra costa.
Entonces descubrimos que la nueva normalidad es chupar tu helado, bajando y subiendo la mascarilla. Gracias “nueva normalidad” por jodernos uno de los momentos más especiales del verano. Gracias por hacerme sentir Furiosa en Mad Max, rodeada de gente con mascarillas apocalípticas, que por la noche y con poca luz, es como sentir la respiración de Hannibal Lecter en tu cuello. ¿Es necesaria tanta creatividad en un complemento?
En fin, si esto va a ser la nueva normalidad, a mi llamarme antigua, pero yo prefiero lo vintage, el olor a naftalina, el sabor añejo, vamos lo de siempre, lo tradicional. Espero dentro de un año volver y poder decir que hemos vuelto a la “antigua normalidad” y poder saborear mi helado viéndole la sonrisa a mi amiga Carmen.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Leer
Privacidad