
Editorial: Preocupante crecimiento de casos COVID antes del primer puente
La masificación de las zonas turísticas de la Comunidad de Madrid durante los fines de semana comienza a ser un problema traducido en datos. El informe semanal remitido por la Consejería de Sanidad arroja crecimientos que podrán ser exponenciales en los próximos siete días. Son ya los propios municipios los que solicitan y toman medidas ante la afluencia masiva.
De distintas formas, bien siendo solicitada la colaboración de la seguridad estatal o bien, con acierto y manos a la obra, como Guadarrama, con un plan propio, intenta conjugarse la acogida de turistas que llegan desde las grandes urbes. Las medidas tomadas por el ejecutivo de Diosdado Soto son un paso adelante, una actuación necesaria que definen la preocupación y puesta en marcha de soluciones desde donde deben ponerse.
Estos aparcamientos disuasorios son el buen ejemplo de que se puede aportar desde las diferentes administraciones y no dejar todo limitado a la casuística o a la petición regional o central. El comercio y la hostelería agradecen la llegada de clientela pero se encuentran desbordados por ella.
No ha de olvidarse la situación de pandemia en la que nos hallamos inmersos. Una situación que ha provocado este crecimiento de los casos que podrían traducirse en una cuarta ola tras la Semana Santa y en pleno proceso de vacunación. Han sido varias las veces las que se ha nadado hasta la orilla y la experiencia parece no ser una buena consejera en estos casos, datos mediante.
El Gobierno de Sánchez, impidiendo que los madrileños salgan de la región ha convertido a esta en un foco de contagio. Ciudades con una alta densidad que se desplazan a poblaciones más pequeñas disparando su densidad a niveles incalculables. El vecino madrileño no es una bomba vírica sino alguien que vive encerrado junto a muchos ‘álguienes’. La solidaridad entre regiones se demuestra de muchas formas y no solo en lo económico.